
Los juguetes de la guerra
Autor: Carolina Pobla
Número de Páginas: 440Una mujer lucha por sacar adelante a su familia mientras el amor y la amistad se abren paso en tiempos de guerra.
Una mujer lucha por sacar adelante a su familia mientras el amor y la amistad se abren paso en tiempos de guerra.
Asomado al balcón, debatiéndose entre la vida que bulle en la calle y la novela que ha empezado a escribir pero que no le satisface, el escritor se ve asaltado por el recuerdo de una conversación que tuvo lugar cincuenta años antes, en otro balcón, con su madre. "Yo tenía dieciséis años, y mi madre cuarenta y siete. Mi padre, con cincuenta, había muerto en mayo, y ahora se abría ante nosotros un futuro incierto pero también prometedor.". Este libro es la narración emocionante de una infancia en una familia de labradores en Alburquerque (Extremadura), y una adolescencia en el madrileño barrio de la Prosperidad. Es también el relato, a veces de una implacable sinceridad, otras chusco y humorístico, de por qué oscuros designios del azar un chico de una familia donde apenas había un libro logra encontrarse con la literatura y ser escritor. Y de sus vicisitudes laborales en comercios, talleres y oficinas, mientras estudia en academias nocturnas, empeñado en ser un hombre de provecho. Pero dispuesto a tirarlo todo por la borda para ser guitarrista, y vivir como artista. Y en ese universo familiar de los descendientes de hojalateros, surge un divertidísimo e inagotable ...
Maca está en proceso de reinventarse. De momento no ha conseguido avanzar mucho, pero la situación parece estar a punto de cambiar. Le han pedido que escriba un artículo y, si todo sale bien, podrían hacerla fija, lo que supondría conseguir su trabajo soñado. Solo tiene que encontrar la historia perfecta.Y todo ello mientras:Vive con el insoportable Oliver, el mejor amigo de su hermano. Prepara una fiesta sorpresa, aunque la primera sorprendida será ella. Su pasado, el más dulce y sexy, reaparecerá para ponerle las cosas aún más difíciles. Conocerá al nuevo vecino, al que no quitará los ojos de encima.Y muchos corazones en el balcón que la volverán loca del todo.
Ignasi y María estaban destinados a despedirse desde el principio. Cuando María llega al instituto, todo el mundo conoce su historia: su madre se encuentra en coma en el hospital tras recibir una brutal paliza. Pero el pasado oscuro que acompaña a María no logra ensombrecer su paso y, en poco tiempo, se convierte en el centro de todos los círculos. Sus sonrisas y ocurrencias la hacen brillar entre la multitud. Ignasi lleva años en el mismo instituto y si algo lo define es su capacidad para pasar desapercibido. Nadie repara en él, salvo sus dos amigos de toda la vida. El silencio es su escondite y lo conoce muy bien. Por eso enseguida se da cuenta de que, tras las risas y cumplidos de María, hay alguien que calla un secreto. Cuando los caminos de María e Ignasi se cruzan, sus vidas se complican. Y es que, si te une el silencio, el equilibrio se rompe cuando se empieza a oír la verdad...
Gabriel García Márquez declaró una y otra vez que El otoño del patriarca es la novela en la que más trabajo y esfuerzo invirtió. García Márquez construyó, en El otoño del patriarca, una maquinaria narrativa perfecta que desgrana una historia universal -la agonía y muerte de un dictador- en forma cíclica, experimental y real al mismo tiempo, en seis bloques narrativos sin diálogos, sin puntos y aparte, repitiendo una anécdota siempre igual y siempre distinta, acumulando hechos y descripciones deslumbrantes. Novela escrita en Barcelona entre 1968 y 1975, El otoño del patriarca deja asomar en su trasfondo el acontecimiento más importante de la historia española de aquellos años, la muerte del general Franco, aunque su contexto y estilo sean, como siempre con García Márquez, el de la asombrosa realidad latinoamericana, que el autor ha elevado una vez más a la dignidad del mito. «Durante el fin de semana los gallinazos se metieron por los balcones de la casa presidencial, destrozaron a picotazos las mallas de alambre de las ventanas y removieron con sus alas el tiempo estancado en el interior, y en la madrugada del lunes la ciudad despertó de su letargo de siglos ...
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